Cualquier acontecimiento no esperado o poco habitual que ocurre repentinamente en nuestras vidas, puede modificar tal funcionamiento, en alguna medida.
Enamorarnos, alegrarnos ò avanzar en el logro de nuestro objetivos, nos hace sentir mas saludables y tener una vida mas placentera.
Por el contrario, un sufrimiento nos agobia y podría provocar un deterioro en nuestra salud.
Quienes hemos sufrido la perdida de un ser amado, conocemos perfectamente esta realidad,sobre todo en los momentos mas tempranos del duelo, sentimos angustia , tristeza, ira o depresión.
Gran cantidad de estudios científicos han explicado estos fenómenos desde el punto de vista clínico y fisiológico.
La realidad indica que estamos acostumbrados, y preparados para hacer una única interpretación de lo que nos ha sucedido.
Lo que nos ha sucedido fue lo peor y únicamente a nosotros.
Las personas capaces de reconocer que hay más de una manera de interpretar cada uno de los acontecimientos, sufren menos y tienen mayor resistencia para enfrentar las situaciones adversas.
Como somos, por creación, poseedores del don del libre albedrío, podremos, ante la perdida de un ser amado, optar por resignarnos luego de un intenso sufrimiento, a vivir por siempre con su ausencia ò buscar la razón de su partida para luego comprender hacia donde han ido y continuar en comunicación con ellos.
Quienes practicamos
Con seguridad extrañamos sus abrazos, sus caricias,…. su cuerpo, pero con la misma seguridad sabemos que nos hemos re- encontrado con su esencia y alma, que acompañan cada acto de nuestras vidas.
Hemos logrado transformar los sentimientos que permanecían dentro de nosotros como una carga imposible de soportar, en el motor que nos permite continuar con esperanza, el tránsito por esta vida.
Nuestro cuerpo a travès del alma, pero con evidencias reales, ha logrado una mejor calidad de vida frente a toda la adversidad y la oscuridad de los primeros momentos.
Lograr la comunicación con Nuestros Seres de Luz a travès de
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