lunes, 9 de agosto de 2010
CLASE 9: LA ENERGÍA
CURSO DE ANGELES
CLASE 9: LA ENERGÍA
Autor Desconocido
Podemos seguir comprendiendo otros puntos que generan nuestro universo no sólo a través de lo espiritual, sino también ayudados por la ciencia.
Tanto el planeta Tierra como nuestro cuerpo están formados por masa, materia. Se ha comprobado a través de la física cuántica que la célula tiene inteligencia propia y que puede asimismo autodirigirse y auto-modificarse.
Pero básicamente la energía, la vibración, no sólo se transforma a nivel de la materia física, sino también a través de otros planos de materia que vamos a seguir explicando más adelante.
Ya hace cincuenta años la ciencia conocía ochenta y tantas formas de materia física (en la actualidad se conocen muchos más) y sabíamos que la materia se componía de partículas increíblemente minúsculas con espacios intermedios. Pero ahora empezamos a saber que es tanto el espacio comprendido entre la materia que en cierto sentido puede decirse que nada es totalmente sólido, todo está compuesto de átomos, y el átomo, a su vez, contiene electrones, neutrones y protones que giran en órbitas o vibran con gran rapidez formando un conjunto de partículas, espacio y cargas eléctricas que a su vez forman la materia. Así como el cuerpo físico es materia más concentrada, existe el cuerpo emocional que sería el conjunto de emociones que sentimos.
El Cuerpo Mental es el conjunto de pensamientos que nosotros mismos irradiamos permanentemente, que también forman otro cuerpo. Todos los cuerpos integrados forman el cuerpo espiritual.
Hace cincuenta años se había empezado a comprobar que hasta las más insignificantes partículas no son cosas sino manojos de vibraciones.
Hay diversas formas de energía; se trasladan por el aire y el espacio sin perder sus formas características debido a su diversa frecuencia de vibración.
Es así que las vibraciones que abarcan desde una frecuencia de quince por segundo hasta quince mil por segundo, son perceptibles por el oído humano como sonidos.
Las vibraciones que sobrepasan la última cifra citada, dejan de ser percibidas por nuestro oído, pero al alcanzarse una frecuencia de un millón quinientas mil vibraciones aproximadamente, principia esa forma de energía llamada calor, que puede ser percibida por otro de nuestros sentidos.
Más arriba en la escala de las vibraciones viene la luz, a menudo combinada con el calor, la cual es percibida por nuestros ojos. Las vibraciones luminosas más bajas empiezan con el rojo oscuro y las más altas forman el violeta; a unos tres millones por segundo se encuentran las ultravioletas y otras más, invisibles al ojo pero detectables mediante instrumentos como la máquina Kirlian. También pueden ser percibidas por nuestros sentidos internos.
En un punto más elevado de la escala, todavía no puede decirse cuan algo, están las vibraciones del pensamiento, y éstas son esas vibraciones invisibles, inaudibles, que relampaguean de mente a mente.
Son numerosas las razones que pueden aducirse para justificar que el pensamiento y la fuerza vital pueden ser consideradas como la misma naturaleza que la electricidad.
Einstein demostró matemáticamente que en todo el universo existen grandes campos de fuerza. He aquí el gran concepto mental de Einstein, elaborado hace casi sesenta años: E = mc2. Esta fórmula expresa la conversión de la masa en energía.
Al utilizarse la energía atómica se demuestra de una vez por todas y para todo el mundo que la masa es energía. Como la energía es vibración, es indudable que todo es vibración. Ahora sabemos que somos vibración y de eso no cabe la menor duda.
Nosotros estamos inmersos dentro de untar energético vibracional, todo lo que pensamos y sentimos también va creando las realidades que todos vivimos.
Las vibraciones de nuestros sentimientos y pensamientos continúan formando cuerpos no materiales o no perceptibles a nuestros ojos, como se explicó antes.
Si nosotros enviamos un pensamiento, no es unidireccional, funciona como un boomerang, como se cree en el plano tridimensional. La energía vibra en planos muy elevados, más allá de lo que nuestra conciencia puede comprender: sólo nos aceramos a percibir cuando nos conectamos con nuestro interior que funciona de manera más sutil y perfecta de lo que nuestros sentidos externos puedan captar.
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TRANSFORMACIONES
Una de las principales causas de que la gente crea que los ángeles se nos dan a conocer con tanta frecuencia, es el deseo que los impulsa a enseñarnos a crecer y convertirnos en buenos administradores de este planeta.
Tal idea nos dice que los ángeles están junto a nosotros para ayudarnos a elevar nuestra conciencia, nuestro auto-reconocimiento espiritual como raza y no sólo como individuos. Casi podríamos decir que los Ángeles están con nosotros para proporcionarnos una dosis de vitaminas que debe administrarse en los momentos justos.
Esta teoría, que en general se apoya en el lenguaje propio de la New Age , argumenta que el mundo está al borde de una transformación tan gloriosa que ni siquiera encontramos palabras para describirla. Los Ángeles se hallan entre nosotros para servirnos de guías, para ayudarnos a penetrar en un nuevo nivel en cuanto a la conciencia que debemos tener de la tierra. Y cuando llegue el momento, a su debido tiempo, veremos a todos esos Ángeles que nos rodean en forma permanente y viviremos con ellos como nuestros amigos y salvadores.
Parece que, en un sentido limitado, este concepto de transformación es cierto. Creo que los ángeles se encuentran entre nosotros a fin de que se produzca un cambio profundo en el mundo. Pero no por eso supongo que ellos habrán de hacerse cargo del trabajo. Su presencia más obvia en nuestra vida es para despertarnos a la necesidad de empezar a modificar el mundo a fin de que sea tal como ellos y nosotros lo deseamos. Y cuando nos hayamos desarrollado los luciente como para sembrar amor, por haber cambiado nosotros y por haber transformado el mundo de nuestro alrededor, ya no necesitaremos ayuda para ver a nuestros ángeles y caminar con ellos. Sólo Dios sabe cuánto tiempo demandará esto.
En ocasiones parecer que la única frontera que hemos alcanzado es la frontera del desastre. Poseo la esperanza de que tengamos la sabiduría necesaria como para aprender, y sé que ella es parte del motivo de que los ángeles se hayan tornado visibles con tanta frecuencia en los últimos tiempos.
Nuestros Ángeles, desde luego, aspiran a que logremos nuestra transformación personal, no menos que la transformación de la tierra. Y así es como tendría que ser. No estamos en condiciones de cambiar el mundo para mejorarlo si no podemos siquiera cambiarnos a nosotros mismos y despojarnos de celos y envidia, perjuicios y codicia, y de todas las formas que puede revestir el mal. Y no podemos hacer nada de eso sin contar con la presencia de Dios en nuestra vida.
Los Ángeles que se encuentran entre nosotros son otras tantas señales de esperanza para indicarnos que nuestra transformación – y la del mundo entero – no es imposible. El cielo no dista una galaxia de nosotros, sino que está aquí, nos dicen; el reino de Dios está aquí, en nuestro medio… y aquí estamos nosotros para demostrarlo. Las barreras no son insuperables. Dios están tan cerca como los latidos del corazón.
Es de fundamental importancia tener en cuenta que debemos invocar a nuestros Ángeles, por la sencilla razón de que ni ellos podrán ayudarnos tanto como desean, si nosotros no lo invocamos. Todos nosotros, más de una vez nos hemos quedado cortos, sin alcanzar nuestro objetivo, por no pedirles ayuda. Los Ángeles están aquí para socorrernos en aquellas cosas que no podemos hacer solos. Y me refiero a las cosas sobrenaturales, no a las comunes.
Por ejemplo, hay mucha gente que suele decir: “Yo estoy tranquilo porque tengo apostado en la puerta de casa a mi ángel guardián, de modo que ni me preocupo por cerrar con llave cuando salgo”. Sin embargo, no es esa la responsabilidad de los ángeles. Por el contrario, se supone que cada uno de nosotros debe preocuparse por la protección personal de sus bienes terrenales.
Por cierto que a los ángeles les agrada sobremanera poder ayudarnos. Es su misión, y cuanto más los dejamos hacerlo, más felices son. Les gusta realizar cosas que nos ayudan.
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LOS MENSAJEROS
Tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento hallamos numerosas historias de Ángeles que se aparecen a los hombres y que traen mensajes. Estos mensajes casi siempre anunciaban acontecimientos de capital importancia, por ejemplo, el nacimiento del Mesías. Después de este hecho, no se conocen muchos casos de apariciones de Ángeles. Sin embargo, ellos nos siguen enviando mensajes. Dado que no siempre los vemos y oímos físicamente, hemos de intentar permanecer creativos y perceptivos, para así estar en condiciones de recibir sus mensajes.
Los Ángeles utilizan sistemas para difundir mensajes que ni siquiera imaginamos. ¿Te has encontrado alguna vez sentado durante horas, devanándote los sesos, intentando hallar la respuesta a una pregunta o problema? Precisamente en el instante en que decides dejar de meditar, aparece una paloma en la cornisa de tu ventana. Al reparar en ella sientes una sensación de calor y paz. Entonces, cuando te acercas a la ventana, ves pasar un camión que lleva escritas las palabras que te proporcionan las respuestas que tu cabeza no logró encontrar. Una vez acabada la lucha por hallar esa solución, te das cuenta de que el mensaje te ha llegado sin hacer tú el mínimo esfuerzo.
Presta atención a las sutilezas de la vida. Los Ángeles pueden llegar a nosotros de maneras distintas pero que a menudo se nos escapan. Es en nuestros sueños donde los mensajes se nos manifiestan con más frecuencia. Los Ángeles, al comunicarse con nosotros, demuestran ser creativos y de la misma forma deberíamos serlo nosotros al recibir sus mensajes.
Los mensajes del cielo son siempre para el bien supremo de la humanidad; nunca exigen el uso de la fuerza o de la autoridad. Algunos de nosotros identificamos a los ángeles con fuerzas espirituales que guían a nuestro Ser Superior infundiendo pensamientos nobles a nuestra conciencia. Independientemente del papel específico que juegan, todos los ángeles son de una forma u otra mensajeros.
Los que son heraldos de Dios traen las nuevas más vitales. Estos portadores de noticias no se irán hasta que recibas su mensaje. Por consiguiente, recuerda que debes relajarte y dejarte llevar por la intuición.
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EL ÁNGEL DE LA ARMONÍA
Imaginemos por un momento lo que pasaría si una persona perteneciente a la cuarta dimensión del mundo, viviera en nuestro plano físico, y como él o ella aparecería ante los ojos de los demás.
Esa persona representaría el perfecto equilibrio entre la cabeza y el corazón, la voluntad y el amor, el interior y el exterior, el trabajo, y el juego, la quietud, y la acción, la impresión y la expresión, el escuchar y el hablar, el recibir y el dar, la irradiación y la atracción. Esa persona imaginaria sabía seguramente cómo vivir. Tendría un flexible y relajado campo de energía y una conciencia del equilibrio total, lo cual es otra forma de la estabilidad, definida como regularidad, aplomo y seguridad en sí mismo.
Todas las cosas parecían encontrarse unidas, lo cual es el significado del vocablo griego “harmozein”, del cual se deriva nuestra palabra armonía. Y como un subproducto de este orden, equilibrio y armonía, esa persona irradiaba una sensación de paz, de serenidad y de tranquilidad.
Qué maravilloso sería si todos expresáramos esa misma clase de energía, ese mismo estado de conciencia. Por cierto que la imagen que tendríamos de nosotros mismos sería diferente y que, sin temores ni culpas, podríamos incluso comenzar a vivir honestamente, como a todos nos gustaría hacerlo. Y eso sin decir que las demás personas se sentirían muy contentas de estar junto a nosotros. Pero nosotros no podemos fingir.
Pero si tratamos durante un tiempo de representar un rol de orden y armonía, desde el punto de vista de la personalidad humana, muy pronto nos convertiríamos en hermosos pero repugnantes robots, en dulces máquinas excesivamente controladas, emanando permanentemente un aire protector y condescendiente.
¿Has conocido a esas personas que presentan una perfección superficial, pero tan delgada que se puede ver a través de ella? Y, detrás de esa máscara de imperfecta superioridad, en todas ellas encontramos una revuelta masa de temor y de ira reprimidos.
Para ser realmente una manifestación de orden y armonía, debemos tomar la Energía del Alma que produce esas cualidades, y entonces llegamos a ser y ya no es necesario representar ningún papel. Te sorprenderás al saber que la energía que manifiesta todos estos atributos es la alegría. El orden y la armonía nacen de la alegría, y no al revés. El Ángel de la Armonía es la “alegría del Señor”, la pura energía del regocijo, el júbilo y el éxtasis del Yo Superior, que se irradia como el sol del mediodía para disipar las sombras de la tristeza, la miseria y la desesperación. Y esto se logra estableciendo el equilibrio y la estabilidad en nuestras vidas.
La invocación de este Ángel nos restablece la armonía, libera tensiones, aplaca el estado agresivo. Permite ver la solución de los problemas con mayor claridad. Brinda paz espiritual. Genera un campo positivo que pone fin a la tristeza ocasionada por cualquier motivo. Brinda más alegría y ganas de vivir.
El Ángel de la Armonía ayuda a eliminar la ansiedad. Especialmente indicado para lograr una recuperación rápida, incluyendo problemas afectivos de pareja. Restablece el ánimo, da fuerza, temple y empuje para realizar cualquier tarea que se emprenda. aumenta la vitalidad y la energía. Actúa contra las fluctuaciones de ánimo, produciendo un campo mental y una actitud positivos.
Si queremos evolucionar espiritualmente hemos de crear constantemente armonía en nosotros mismos y alrededor nuestro.
Te propongo que:
Siéntate en un lugar cómodo y tranquilo.
Cierra los ojos y relájate. Visualiza una luz de un color a tu elección que te evoque armonía.
Si una vez visualizado no te sientes totalmente a gusto con ese color, cámbialo como cambiarías el canal del televisor hasta que encuentres el que te satisface visualmente.
Invoca al Ángel de la Armonía y pídele que la armonía entre a tu vida.
Antes de despedirte, y abrir los ojos, dale las gracias.
Finalidad:
En la vibración de la paz en la conciencia; nos ayuda a mantener el equilibrio y la imparcialidad ante todas las situaciones; nos inspira a vivir con integridad.
Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: disfrutar ante la idea de un conflicto, un adversario permanente, un Creador de desorden; una persona que experimenta mucha oposición en todos los ámbitos de su vida.
Su energía resulta bloqueada debido a: la ausencia de alegría y de inspiración; la creencia de que cualquier tipo de ataque está justificado por la autoprotección y de que la paz y la conciliación son signos de debilidad.
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PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 2
Abrirte a tu Ángel
Ten a mano tu libreta de anotaciones y tu birome. Al tope de una página en blanco, escribe: “Abrirme a mi Ángel”, y la fecha
1) Siéntate en tu lugar sagrado, con los pies bien apoyados en el suelo y los ojos cerrados. Siente la presencia de tu Ángel, que se acerca cada vez más. Imagina que te envuelve suavemente con sus alas.
2) Mientras inhalas y exhalas lentamente, siente o percibe la presencia de tu Ángel, que te extiende los brazos. Respira esa proximidad y deja que dentro de ti surja una pregunta.
3) Concentra la atención en tu corazón. Pon en tu corazón la pregunta que deseas formular, visualizando las palabras escritas allí.
4) Cuando sientas las palabras en tu corazón, abre los ojos y anota la pregunta en tu cuaderno. Vuelve a cerrar los ojos.
5) Con las palabras de tu pregunta en el corazón y en la mente conéctate con tu profundo deseo de oír la voz de tu ángel. Escucha en tu corazón y en tu garganta. Pon atención a cualquier sentimiento que surja. Los ángeles llegan a nosotros a través de los sentimientos, de modo que esa pueda ser la primera forma de contacto. Permite esos sentimientos y permanece abierto a las palabras que se presenten.
6) Anota todo lo que recibas, sean palabras, imágenes o sensaciones.
7) Recuerda agradecer a tu ángel su mensaje.
8) Lee lo que has recibido.
Observa las sensaciones que te despierta el mensaje. Puede sorprenderte o quizás te conmueva. Si las palabras te llenan los ojos de lágrimas o si te sientes conmovida, sabrás que tu ángel ha hablado a través de ti.
Los ángeles se presentan a nosotros de modo que podamos recibirlos. Si no estás segura de haber recibido nada, vuelve a cerrar los ojos y repite el ejercicio desde el comienzo, estableciendo una conexión más potente con tu deseo de comunicarte con tu ángel. Acepta con gratitud lo que recibas. No deseches ni critiques lo que aparezca. porque eso cerrara tu corazón, bloqueando la comunicación. Cuando aceptas, te abres; cuando estás abierta, es mucho más probable que recibas.
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